y burbujas de cristal, que estallan al contacto
con tu piel.
Con esa brevedad de espuma, que las olas
llevan, hasta romperse en murmullos
sobre la mansedumbre de una playa.
Cuerpo único, que la brisa viste de ternuras,
besos que sellan sobre los labios,
arrecifes de coral o una intensidad roja
de la boca que se aproxima lenta, calladamente, entre silencios rotos.
Piedra y arena, me siento deshacer frente
a tu oleaje. Semilla al viento o sonido,
que a tus oídos acude, para murmurar
tu nombre y dejar en la alacena de mi alma,
mi sombra proyectándose sobre tu cuerpo
reciente.
Pan, acaso para saciar mis apetitos de amor,
desmigándose en tu presencia, rayo de sol
o dorada espiga, altiva entre el verdor
de la hierba.
Creces en mi vida, como alta rama que araña
el cielo de mis anhelos y me circundas y
rodeas con tus brazos de luz,
simulando un eclipse, para vencer la tristeza
de no hallarte, durante una lóbrega noche
en tu ausencia.
Escrito en Julio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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