de voces entretejidas,
de otros tiempos y otras vidas,
en un delicioso arrullo.
Suave se mece la brisa
en el sentir y en el gozo
y el horizonte es esbozo
de una singular sonrisa.
Calma en la grata quietud
de apacibles primaveras,
en dilatadas esperas,
donde el silencio es virtud.
Habla el río con el viento,
en una conversación,
que es eco del corazón
que disfruta ese momento.
Honda calma, que se extiende
en un sentimiento ufano,
agua que fluye en tu mano,
pálpito que se comprende.
Verde corazón que excita
a la tierra en un clamor
de un declarado amor
que al besarse resucita.
Alegres sonrisas danzan
entre murmullos y risas,
suaves vientos, leves brisas,
caricias que nos alcanzan.
Regresan para contar,
que, en la vida, sonreír
es la expresión de sentir
la dicha del verbo amar.
Escrito en Julio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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