y respeta mi silencio,
ni te juzgo, ni sentencio,
permíteme que te hable.
Sí me gusta dialogar
es porque tengo ocasión,
pero en la conversación
disfrutaré al escuchar.
Todo nos sirve y se aprende,
pues lo nuestro es caminar,
hablamos y al escuchar
todo es justo y se comprende.
Pues siempre, el que nos atiende
en esa conversación
ha prestado su atención
y por su razón se extiende
en buenos conocimientos,
puesto que ya lo sabemos
que todo lo que aprendemos
tienen sólidos cimientos.
Y es el fruto del saber
en la firme honestidad,
porque no hay mayor verdad
que el deseo de aprender.
Y oír desde tu interior
las voces de tantas gentes
voces siempre inteligentes,
creando un mundo mejor.
La voz que tiene conciencia,
crece de entre la maleza,
con la fuerza y la agudeza
que muestra su inteligencia.
Escrito en Julio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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