en un suave tibieza o en las caricias,
de aguas de un arroyo, en la primicia
y a la par, un nuevo día resplandece.
Como flor, tu voz se hermana en la hermosura,
en cadencias, junto a un ritmo y su belleza,
se hace rayo de luz, entre maleza
y despunta en claridades y dulzuras.
Hay un ritmo, que acompasa el corazón
y contagia todo afán, en la alegría
elevando en su clamor, un nuevo día,
con sabores a guayaba y dulce ron.
No he sabido expresar, qué es lo que siento,
pues te evoco y de tu imagen se percibe,
todo aquello en el alma, que te escribe
y lo nombro, como voz tendida al viento.
Escrito en Octubre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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