jueves, 13 de octubre de 2016

El tesoro de la niñez

Los ojos cosidos por el miedo,
labios agrietados y marchitos
en la sed de una justicia,
con su pozo vacío por la avaricia 
del polvo, sobre los párpados 
cerrados a la esperanza.

Los labios sellados a la indiferencia 
y la crueldad del poder,
que vaga en su propia inercia 
y devora sus entrañas.

Avidez de sal y una errónea voluntad 
de guardar el sol en las pupilas.
Hemos perdido ese guijarro,
que se nos dió en la inocencia de la niñez
y nos parecía un maravilloso tesoro.

Te regalo un guijarro, envuelto 
en papel de aluminio 
y un corazón envuelto con la seda
de tus besos.

Escrito en Octubre por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".


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