sábado, 22 de octubre de 2016

Ánima de fuego y luz

En el encendido monte,
de la vertiente de tus caderas,
el pájaro de fuego se alimenta
del rumor de besos, en la pasión 
de su álgido vuelo.

El consuelo es la lágrima , que se desprende
del nácar de la emoción, que se reseca
con los olvidos no anunciados.

Fuego y agua, sobre la nieve de tus muslos
y las rosas crepusculares, que coronan
la cima de tus dormidos pechos.
Ámbar en tus labios y un licor dulce,
en el cauce fértil de tu sexo.

Selvática, agreste y salvaje,
tu cabellera atrapa los rayos de sol,
que tu sonrisa emula con su destello.

Quiero explorar el misterio,
que guarda la conjunción de tu cuerpo,
en la música de tu voz y ese cascabeleo,
que tus pestañas inician, al entornar tus ojos,
soñadores y florecientes en la primavera 
de tus días.

Ánima de luz, sobre la penumbra
de mis días grises.
Se mueve algo en mi interior 
y queda atrapado en un suspiro,
ante la evocación de tu imagen,
cuando mi recuerdo cobra vida en ti
y nace la ilusión de nuestro próximo encuentro.

Escrito en Octubre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".

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