miércoles, 24 de enero de 2018

Esa imprevisible facultad...

Esa imprevisible y desmesurada
facultad de la meteorología
de calentar la piel o mojarnos por entero,
es como comprender, que los dones del cielo
dependen de lo que se cocine
en esos instantes.

Nunca llueve a gusto de nadie,
pero la lluvia es necesaria, como el calor del sol
o las nubes pasajeras que entretienen el ámbito
y observamos cuantos cambios se suceden
en un corto espacio de tiempo.

La divertida sorpresa, aceptada sin angustias,
con algún que otro estornudo, por los cambios
de temperatura, que nuestro rostro refleja
como una pantalla de cine de barrio.

Escrito en enero 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".


I.S.B.N : 978 – 84 – 17279 – 06 – 6

Depósito Legal: BI – 1323 -2018


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