miércoles, 31 de enero de 2018

Cuando el frío nos vence

Se hace el frío en una mortal transparencia,

que esconde cristales y aristas,

tan punzantes, como los malos recuerdos,

que se ocultan en nuestras peores pesadillas.


Cuando se produce el deshielo 

de un corazón doliente, la lágrima 

busca un surco en el rostro, para escapar

de la prisión del alma.

Alma en un intangible modo, que sin embargo 

duele como el filo de una ausencia 

o sobrepasa los límites del gozo

y explota en una fugaz carcajada.


El exorcismo consiste en creer 

que nada  afecta a nuestra carne, 

porque el hueso es la estructura 

que la sujeta y protege, sin embargo 

hay un temblor o agitación en nuestro interior,

que sacude desde la piel a la entraña misma

y a lo más profundo de nuestra carne.


Vuelan los suspiros entre los despojos 

de nuestras antiguas fortalezas 

y el espíritu merma en nubes de lluvia 

o penas, que no conseguimos

guardar en nuestros bolsillos,

porque ya no caben.

Nuestras manos crispadas ocupan

todo su espacio, cerrándose 

en puños temblorosos.


Escrito en Enero 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.


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