He pensado en no pensar
y volviendo a meditar,
comprendí cuál es mi error.
No es porque falla el amor,
por un fatal infortunio,
ni es la luz de un plenilunio
o las mareas del mar.
Si acaso estás por errar,
son las bromas del destino
y así, cualquier desatino
queda por justificado
por la forma en que has obrado
o te puedas conducir.
En la vida, es incidir
entre un escaso baremo,
cuando nos lo proponemos
al comenzar a vivir.
Escrito en Junio 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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