El sol no nace para quien espera
la luz, si nunca se abrieron
sus ojos, y no le advirtieron
que su exceso produce la ceguera.
El sol es actitud y crecimiento
si buscas resplandor, sin el abuso
de aquel, que sin medida, se propuso
hallar en su fulgor, conocimiento.
El daño es innegable a quien adora
su fuerza y su calor, sin la experiencia
de tomar y valorar su consecuencia
en un rayo letal, que lo perfora.
Así, la religión jamás se esfuerza
en valorar, de la verdad su sano juicio
convirtiendo las doctrinas en perjuicio
sobre toda la mente en que se ejerza.
Escrito en Junio 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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