sábado, 16 de febrero de 2019

Durante una infructuosa espera

Mientras caen las hojas secas de otoño
y un reloj de arena agota su vida
hasta el último grano, voy desentrañando
lo que antes, sin saber presentía.

Tu presencia la siento envuelta en tules
e incorpóreos tactos.
Huidiza, entre las capas más finas del aire,
tan sólo tu voz es un hilo de seda,
que se prolonga por el espacio, hasta llegar
a mi alma.
Me estremece tu mano fría,
hecha de crepúsculos inacabados.

Tu aliento de nieve no pronunció jamás
esa palabra que nace cálida
desde el corazón.
En un viejo baúl guardo entre silencios,
migas de pan, en la espera
y un ataúd abierto,
 por si... sintiéndome muerto,
me entran ganas de resucitar.

Escrito en Febrero 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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