viernes, 1 de febrero de 2019

Vivir  deprisa, morir Joven

La hoz del viento siega la cosecha
y el calor evapora sudor  y lágrimas
del esfuerzo.
Hay un torbellino que gira sin color alguno,
para no sentir compasión
 del bermellón sanguino o del ocre
de unos ojos apagados.

La fe devora  el temor con avidez,
en las iglesias abandonadas, cuyos misales
tienen las hojas quebradas o arrancadas.
Un labio que perdió un beso, entona un himno
y una plegaria, a modo  de oración,
para los oídos que no despertaran al alba.

 Se ama en secreto, se vive con prisa
y se muere rápido, antes de ser asesinado
por tanta sinrazón.
Cada día es un reto más y apenas
  nos levantamos un palmo de la tierra
que nos vió nacer.
Agresivamente... solos, ante una ávida
multitud, que desea robar los sueños
ajenos...tal vez, porque ya ni siquiera
nos queda eso.

Escrito en Febrero 2019 por Eduardo Luis Diaz "zuhaitz".



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