jueves, 28 de febrero de 2019

El tiempo de nuestra historia 




Nunca se vuelve por los mismos caminos,

con los mismos pies, ni llevamos

el mismo ánimo.

La edad cae día tras día,

 con levedad de pluma y llega a pesar

como si se unieran todos los seres que fuimos,

sobre el ser que ahora somos.



Tampoco el espejo guarda nuestra imagen

y solamente nos muestra el último reflejo

que queda en nuestra actual semblanza.

 El tiempo asesina al niño que fuimos,

para mostrarnos al adolescente,

como una nueva crisálida,

a punto de convertirse en

mariposa de juventud.



Volviendo al sendero, sentimos el cansancio

de todos los años que se acumulan,

a pesar de todas las transformaciones

y llevamos sobre nuestras espaldas,

el niño que fuimos, el adolescente

que llegamos a ser y esa precaria madurez,

que hace los huesos más quebradizos

y el carácter más sólido.



Escrito en Febrero 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz ".





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