lunes, 4 de marzo de 2019

Cuando el alma se serena .

Cerca del mar y al compás de las olas,
se va soltando lastre.
Se relaja la mente, escuchando el leve susurro
de la brisa.

Hay peces sumergidos en las conciencias
y los deseos e ilusiones que trasnocharon,
flotan en la superficie, yertos, sin ánimo.

Todo aquello que quedó sin respuesta
en las profundidades de nosotros mismos,
flota en una superficie de mareas vivas
que arrastra mar adentro, hasta perderse
en un horizonte, tal vez más soñado,
que alcanzado y comprendido,
porque allí residen todos los suspiros perdidos,
por los anhelos que resultaron imposibles
de alcanzar.

Escrito en Marzo 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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