jueves, 14 de marzo de 2019

Superando el día a día 

No es una ventana abierta, la que se lleva
nuestro ánimo, sino la cerrazón de la mente,
al no buscar ese soplo de aire, que regenere
la piel agrietada de los corazones solitarios.

No es la masa de acontecimientos,
los que dan sentido a la luz recobrada
o el mármol inerte que se rompe
en pedazos contra el suelo,
lo que hace que superemos
esa caída de vértigos helados
en las cariátides del asombro.

No es la pugna entre el temor
 y el atrevimiento, sino la liberación
 de cadenas, sobre un pavimento
desgastado por las horas,
 cuando no encontramos  una botella de agua
vacía y nuestros labios resultan escuetos
para afrontar una infinita sed de vida,
en el cultivo del amor
y la saciedad de semillas, que forman
nuestro pan de cada día.

Escrito en Marzo 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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