sábado, 30 de marzo de 2019

Los monólogos del buen diablo 

Con sangre no se lavan las ofensas,
se infectan las heridas.

¡Qué poderosa encarnación
debe tener el alma, para ser capaz
de sanar las heridas!.

La felicidad es  el espacio entre  una herida
que se cierra y otra nueva que se abre.

No me digas que me calme, si son
tus palabras las que crean mi inquietud.

Cuando el árbol permanece en calma,
sus hojas son agitadas por el viento.

Las penas son gruesas cadenas
que arrastramos. En cambio las alegrías
son mariposas que huyen lejos, al abandonar
el esbozo de una sonrisa.

Dicen...” A lo hecho, pecho”
En el supuesto caso de que el hecho
no te hunda el pecho.

Nada de lo que tengas certeza
puede ser ignorado, porque hay realidades
que cortan cada segundo que vivimos.

Nunca juzgues a los demás,
pero lo que oigas y escuches, que sea siempre
con buen juicio.

Escrito en Marzo 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.


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