viernes, 20 de marzo de 2020

Así, como la Hiedra 

La hiedra trepa por los muros de la abadía,
como una angustia que quiere escapar
de la prisión de tierra, que la sepulta en vida.

Busca el sol y el aire para reverdecer,
pero su  camino se ve franqueado
por muros de piedra, mudos, insomnes
y ciegos, que sólo retienen los lamentos
y la desesperación que han marcado
sobre su cuerpo frío y estático.

Nada parece perturbar su sueño de siglos,
que se sume en la ignorancia y tal vez sea
la clave de su prolongada inactividad
en la empatía con el resto de los seres vivos.

La hiedra es la perenne voluntad, que trepa
para alcanzar todas  las cimas
y muros de adversidad, que levantan
los gigantes sin alma.

La hiedra es la savia de la naturaleza,
que va creciendo en sabiduría y tenacidad,
hasta que al fin, sus raíces consigan
ascender los muros de las fortalezas
más inexpugnables.

Escrito en Marzo 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz “.

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