sábado, 21 de marzo de 2020

Nada muere, Todo es un Sueño.

Nada muere y todo es eterno.
Todo nace de una sepultura de tierra o carne,
bajo una lágrima o agua virginal, que genera
toda vida.

Un soplo infundido es el milagro, desde el cual
todo emerge y crece con las ansías
de alcanzar el cielo o el amor, acaso
esa nube que esconde todos los sueños
que no pudimos alcanzar.

Nuestros dedos, como ramas vivas,
se alargan y estiran al cielo o se recogen
en una hermanada unión de dos manos,
implorando que todo lo que hoy
nos parece imposible, mañana se encuentre
más cercano.

Oramos por necesidad y por temor,
sin pensar que tan sólo somos
granos de arena en el imbatible reloj,
que marca nuestro tiempo.

Tememos morir o no despertar. La vida es
un sueño efímero y hemos sido soñados,
para crear nuestra realidad, la que vivimos
y conocemos.
Habrá otro tiempo en otras vidas,
porque la vida cambia y se viste de tristezas
o alegrías, pero siempre  permanece
en otras mentes, en otros sueños.

Escrito en Marzo 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”

No hay comentarios:

Publicar un comentario