lunes, 18 de julio de 2022

El tiempo desgasta la superficie en nuestra memoria.

El tiempo se deshace en escamas que brotan 
desde la piel de toda experiencia.
Hay una inercia, que no detiene el paso 


y deja el suelo que hemos pisado,
hollado y herido, para pasar lentamente 
al rincón del olvido.


Porque nada queda, porque nada vale,
una vez que se ha perdido la esencia 
que conforma toda una unidad, en un infinito,
declarado desde la recepción 
de nuestra mente, una vez guardado 
en nuestra memoria.

Escrito en Julio 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.







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