todos insisten en observar las ligeras
brumas, que flotan a ras del suelo.
Nunca verán las maravillas del cielo,
quienes arrastran sus ojos
por tierras baldías.
Nadie entenderá de respeto,
si su ombligo es el centro
de su universo.
Nunca nadie, pisará las huellas ajenas
y si lo hiciera, estaría fuera de su propio
camino.
Nos rascamos los bolsillos
para encontrar la solidez que falta
en nuestras conciencias,
porque nadie comprende y además
dirán, que sólo es tu visión
de las cosas y que: Esto es así, que se
le va hacer.
Nadie va a romper una lanza,
sobre las espaldas del odio
y justifican toda acción por la pluralidad
de ideas, olvidando que no sólo
se trata de una ideología, sino
de una base para comenzar a vivir
en paz y armonía.
Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis
Díaz Expósito."zuhaitz".
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