la boca busca la humedad del agua
o el beso que calme la ansiedad
que produce.
La esclerótica es un blanco óvalo
que cayó del nido de un ave somnolienta
y bajo los párpados escondemos
las intenciones que no deseamos revelar.
Una boca cerrada es un enigma sin resolver y todos los anteojos
se anteponen entre una realidad que ver
y unos ojos que tratan de escudriñarla.
Me quemo a menudo, tanto con el calor
de tus candorosas manos,
como con las frías miradas, que tratan
de ignorarme.
Cuando la sed aprieta, gusto de beber
la filosofía a sorbos pequeños y la vida...
a grandes tragos.
Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis
Díaz Expósito."zuhaitz".
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