¿ Un río desbordado o viento
que nos agita el alma?.
Vibra el pecho y los ojos son dos naves
a la deriva en un mar de lágrimas,
cuando no se puede contener
la fuerza impredecible de un sentimiento.
Cabalgamos en la vida,
sobre un caballo loco y sin bridas.
No me habléis de razón, sino
habéis sentido el impulso que sacude
vuestra alma y la vida no vuelve
a ser igual.
No me habléis de lógica, cuando
hay cosas que escapan
a todo conocimiento y sin embargo...
suceden.
Quien siente ese pálpito impreciso
y a la vez veraz, sabe que es
un ser tremendamente emocional
y para bien o para mal,
navega en sus aguas sin temor
al riesgo del naufragio, porque la vida
es para vivirla sin temor a las aguas
que anegan nuestra alma y borran
nuestras huellas.
Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis
Diaz Expósito."zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario