pero no al sonido.
Sus ojos de verde vidrio y apagado azul
en mar de tormentas, no admite
más luz que la estrella que le guía
en la oscuridad de sus sueños.
Rauda la luz , cruza la frente pura
del firmamento y rasga el ojo impuro
del infierno que se vé
en el sufrimiento humano.
La voz, el trueno habla con fuerza
de la agónica luz y el temor
a un nuevo destello, acostumbrados
a vivir en la penumbra
de nuestros temores, escondidos
tras nuestros pensamientos
más ocultos y celosamente callados.
Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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