la sinuosa estela, que dejan los barcos
en su superficie.
Apenas rayan un breve espacio
en un resumen de tiempo, que deshace
esa imprecisa constancia, cuando hay
todo un misterio por descubrir.
Las palabras fluyen despacio,
desde las profundidades
del pensamiento, dejando estelas,
que alguien podrá recoger, antes de que
el silencio las sepulte
en un vago recuerdo o en una inmortal
cita.
Se producen algunos nudos y enredos
en las intersecciones de varios destinos
o afluentes de vida, antes de llegar
a su término en la mar.
Hago garabatos en la memoria
y trato de conciliar el sueño,
pero una sobrecogedora inquietud
me roba los instantes que deseo compartir y el insomnio se apodera
de mi razón y me dicta todas las voces,
desde las profundidades
de todos los abismos.
Emerjo, crezco a pesar de los silencios
que nadie nombra, por estar aún
sumidos en un prolongado letargo
de horas muertas.
Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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