la lágrima es salobre
y cae resbalando hacia un mar
de olvidos y remotas islas.
Quiero guardar ese instante
en el que el labio atrapa un: "Te Quiero"
y estalla un beso, como un rumor de olas
que baña la orilla de tu boca,
antes arrecife, donde varados tuve
mis esperanzas y anhelos.
En el ejercicio de amar, nada es certidumbre y si, una duda que emerge
desde todos los ángulos de la realidad.
No hay mayor fracaso que la renuncia
y lo único que puede perderse
es ese rubor primero, ante la expectativa
de un corazón, que golpea
todas las puertas de la vida,
hasta hallar la del paraíso.
Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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