por él salen, todo lo que la inconveniencia
da de sí, pero también un soplo
de aire libre, sin dueño, sin etiquetas
y sin color aparente.
Nos gusta complicar las cosas,
para tener porqué y de qué quejarnos.
Es la psicología de la auto compasión
y el fingimiento de hacer creer
a los demás, que estamos peor
que ellos.
Se deshacen las nieves
en nuestras manos
y hay corazones peregrinos, que ruedan
calle abajo.
Las telas de araña forman
un tupido marco, donde la luz
juega con reflejos de cristal y motas
de polvo en suspensión.
Existe un escapismo a la realidad
y las drogas que imitan la felicidad
son gratuitas.
Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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