recrea un estatus ante una realidad,
que se hunde por su excesivo peso
y contundencia.
Los ojos persiguen respuestas
que las bocas preguntaron,
ante la implacable duda de estar vivo
o vivir en un sueño imaginario.
La razón flaquea cuando no tenemos
nada con que satisfacer
nuestro insaciable apetito
de conocimiento.
No existen respuestas, cuya extensión
pueda cubrir el espacio que establece
los márgenes de una vida.
Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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