domingo, 17 de julio de 2016

Desde mi nido, mi ser te espera

Entre tus brazos hay una cadena 
sin peso, que aprisiona mi corazón,
mientras mi mente vuela 
entre la sinuosa caricia
y el beso que enciende un rubor.

Tus piernas, enredaderas entre el tupido musgo de tu pubis
y la lluvia, presente en el ábaco
de los días sucedidos,
en que el tiempo, sólo es la pausa
en el aíre suspendida,
entre un vuelo rasante y la elevación 
de tus ojos en el orgasmo.

Bendigo la luna que trae la noche,
cuajada de estrellas y gotas de miel,
que en tus ojos, se prende
en tu mirada.

No hubo noche tan bella,
como la de mi insomnio 
durante mi entrega amorosa
y la conexión entre tu cuerpo de nieve
y el volcán, que en mis labios,
encendía la pasión de contemplarte,
preso de un mágico deseo.

Sueño en un tiempo que se va
como nube, de mi pensamiento 
hacia tus cejas.
Vuelo álgido, espíritu libre,
que asciende, cuando mis ojos cierran sus párpados,
alas prendidas de raso 
y sugerente vuelo de golondrina,
que desde mi nido, en mi voz y cadencia,
te nombra y te espera.

Escrito en Julio 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".


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