lunes, 11 de julio de 2016

Sombras chinescas en el recuerdo

En la  escasa luz de las velas,
tus pechos desnudos fulgen,
frutas de la pasión,
limones duros y frescos,
que en mi boca apetecen,
en la inercia voluptuosa 
de un reciente pecado.

Quise libar la leche primigenia de tus flores
y llenar mi alma con la luz de tus ojos.
Las sombras buscan perfilar la silueta,
que delimita tu cuerpo,
hay ámbar en tus ojos y una llama no redimida
en los míos.

Fuego de pasión y volcán de deseos,
que la boca calla y el corazón delata
con sus latidos.

Agua de vida, tu saliva al borde de tus labios
y la humedad cálida de tu sexo.
Te adoro y se nota en la melancolía 
que refleja mi mirada, cuando tus ojos
son aves que huyen del nido de mi alma.

Redimo mi alma en el amor
y busco la laxitud de las horas,
para extender mi corazón 
sobre cada de tus días, como un sol de amanecer,
sorprendiendo el rocío de la mañana
y haciendo brillar su esfera cristalina,
como una emotiva lágrima,
perdida en el recuerdo del amor.

Escrito en Julio 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".

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