por borrar el dolor de mi alma,
recobrar nuevamente la calma,
la alegría, que yo tuve antes.
Desamores, tristezas y engaños,
horadando mi alma y mi sino.
¡ Cuán cruel puede ser el destino!.
Y que a nadie preocupe este daño.
¡Qué mezquino es tu corazón!.
Qué después de haber dado mi vida,
con desdén has abierto una herida,
sin motivo, señal, ni razón.
Y yo quiero vivir, procesando
el dolor que ha dejado tu ausencia
y le pido al buen Dios la paciencia ,
que no quiero vivir, siempre odiando.
Escrito en Julio 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"
No hay comentarios:
Publicar un comentario