domingo, 17 de julio de 2016

Madurar el olvido y el retorno a la felicidad

Subo al ático de tus cejas,
no sé qué alcaloide lleva tu boca,
que me nubla la razón.

Verdes suaves, orillados en la taza,
se derriten mis ojos al mirarte,
mientras el té tiñe el agua caliente
y nadie sabe porqué hoy,
pesan aún más mis párpados.

No sé si es correcto afirmar,
que una mirada vacía, 
se funde en el horizonte 
o que la niebla marchó a buscar
refugio en las montañas.  
 
Sólo sé de mi corazón
y una erupción volcánica 
en sentimientos encontrados 
y un querer salir de esta
claustrofobia cotidiana,
que me duele, cuando se funden
imágenes en el crisol de mi pensamiento.  

Miento una felicidad que no tengo, no busco
y pido que se derrame sobre mi,
como lluvia en una tormenta de verano.

Escrito en Julio 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".


No hay comentarios:

Publicar un comentario