jueves, 1 de junio de 2017

Blando fruto de dura entraña

Una cereza madura, orbita en una boca
que muerde el fruto.
En su interior, la semilla dura de madera
austera y alma, que disfraza la ternura 
de su roja textura o suave y dulce carne
de virginal frescura.

Un milagro de suavidad, oculta la dureza
con la que fué engendrada.
Vida para contemplar y asumir la lección,
desde la tierra amable y cruel, a veces.

Nada esconde su apariencia, cuando 
se muestra la realidad, que su cuerpo 
guarda y reserva.
Morir y renacer, semillas al fin,
con la suavidad de piel y seda al tacto,
mas en el interior hay una dureza
que apenas se adivina, pero es la base
de su renacimiento.

Escrito en Junio 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".

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