lunes, 19 de junio de 2017

El alma prisionera

Entre cuatro paredes encerrado,
paredes vacías, sin ventanas,
por donde el tiempo detiene su paso.

Entre cuatro paredes y una reja,
ni siquiera escapan los suspiros.
Se puede morir poco a poco,
diluido en una agonía que pesa.

A nadie le importa tu presunción 
de inocencia o tu culpabilidad,
pocos conocen el peso de la verdad,
condenan para espiar sus culpas 
e intentan sentirse mejor, tras una máscara de engaños.

Me hace daño la injusticia 
y en esta cárcel la vida va cayendo inerte,
sobre el patio vacío, paseando amarguras, soñando con una libertad 
que no saboreas.

Tan sólo un sueño incierto, disfraza
la crudeza de una vida con el alma
cautiva y un cuerpo sumido
en las sombras del olvido.

Escrito en Junio 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".

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