desafinado el instrumento
que genera la alegría,
esa cascada de luz y sonido
que muestran unos inmaculados dientes,
para devorar la apatía.
Se necesita el candor de una mano,
sobre el teclado del alma y hacer sonar
la melodía oculta en la opacidad
de unos ojos tristes.
Un brillo de escalas ascendentes,
en un allegro vibrante y hermoso,
que nos devuelva la sintonía perdida.
La música del alma se tañe despacio,
con el cuidado de unas alas de ángel,
sobre la mística arpa, que nos une
al sonido de la creación.
Quiero escuchar tu voz ¡ Oh, alma mía!
tu delicioso sonido, cuando no caben
más notas sobre mi pecho
y una sonrisa brota en el clavel
que mi boca sujeta, y que ofrezco
desde el jardín de mi alegría,
donde cultivo la flor más bella.
Escrito en Julio 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
Publicado en el libro
de poemas “ A VIVA VOZ”
ISBN : 978 – 84 – 1331 – 821 – 9
Depósito Legal : AL 1827 – 2019
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