La fama es agua que fluye
y nunca queda estancada,
efímera y deseada,
pasa por la vida y huye.
Es un ave que te eleva
en su tupido plumaje
y nos sorprende el paisaje,
cuando en sus alas nos lleva.
Mas, vana es su gratitud
y los dones que perfuman
tu carisma, cuando esfuman
aromas de tu virtud.
Así la capa dorada
de la belleza es raída,
lejos queda, distraída,
ni cuenta, ni vale nada.
Desde su gran pedestal
no se ven nuestras miserias,
flotan en la periferia,
nutriéndose en nuestro mal.
Así, la fama no llena
los vacíos que tenemos,
tarde o temprano caemos
en el olvido y la pena.
Nunca quieras abrazar
la fama, ni la persigas
es un manojo de ortigas
muy difícil de arrancar.
Escrito en Julio 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito." zuhaitz"
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