viernes, 13 de julio de 2018

Miradas de puro mar

Me mira, me observa con la quietud

de un mar en calma y su pupila se agranda,

esfera de luz, en el firmamento de mi vida.


Recojo cada parpadeo, como una señal 

de vida, que trata de abrirse un espacio 

en la mía.

Bebo las palabras que brotan de sus labios 

y pienso en el tierno contacto 

de un suave beso o el susurro 

de su cálida voz.


Un barco aúlla con su sirena en la lejanía,

perdido en el horizonte, como alma

que busca el encuentro de un puerto,

donde reposar y quedar varado,

hasta que sus viejas maderas

sacudan la sal de otros mares

y quede sobre su quilla, 

la caricia de una nueva brisa,

más suave, más tranquila.


Algo que recuerde los primeros momentos 

en que se gestó su cuerpo,

antes de hacerse a la mar,

o a la aventura de vivir.


Escrito en Julio 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".


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