lunes, 10 de septiembre de 2018

Como un mar de sal y anhelos

Busco tu boca y en el aire, un beso prendido 

de las aguas inquietas de tu mirada.

Dulce miel, que gotea entre mis labios 

y tu nívea mano, tejiendo algodones

sobre mi cuerpo extendido hacia ti,

como un mar de sal y anhelos,

de profundidad ignota.


Suena tu nombre en mis oídos,

caracola marina, que guarda 

todos tus sonidos, murmullos y quejas.


El amor es un plato tibio, que puede enfriarse 

al descuido más mínimo, por ello abrazo

la seda de tu piel y esa sutileza de tul

o éxtasis posterior que guardas 

entre tus bragas.


Enamorado al fin, perdido en un océano 

de sábanas blancas

 o un desierto en la noche, donde las únicas

estrellas rutilantes, son tus ojos acariciando 

ese instante impreciso de amor.


Escrito en Septiembre 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".

No hay comentarios:

Publicar un comentario