El amor es una ecuación
que aún no tenemos resuelta,
pensamos estar de vuelta
en temas del corazón.
Pues, presos de una ilusión,
somos el caudal de un río
que produce el desvarío
y se torna en aflicción.
No nos sirven las recetas,
ni se sabe el desenlace
se cuida cuanto se hace,
para llegar a su meta.
Su sentir es caprichoso
y se muda la intención,
surge una desilusión
y un beso resulta odioso.
Y se busca, sin embargo,
mas si pierde su calor,
lo que fuera puro amor,
se trastoca en vino amargo.
Escrito en Septiembre 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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