martes, 6 de noviembre de 2018

Escucho en silencio 

En la suela de mis zapatos llevo el polvo

del camino andado, sólo el tiempo 

fué desgastando  sus suelas 

y los abanicos del verano, se tornaron

aves de paso entre los entredichos 

de las palabras que quedaron 

en cada recodo o en cada cruce.


Quedaron algunas frases épicas 

en la memoria y un cultivo de la inteligencia 

en la comprensión de cuantos enigmas,

se fueron colgando de los bolsillos 

de mi pantalón.


Sustituí las canicas y los cromos,

por libros vivos, que me hablaron 

sobre los logros y penurias de los hombres

que los escribieron.


Me enzarzo con la luz y el asombro 

de la claridad, trazando líneas 

sobre mis manos, vacías de ansiedad 

y surcadas por interrogantes 

que se enganchan en la memoria,

como anzuelos sin la respuesta 

prendida sobre ellos.


En voz baja, la vida nos cuenta 

el misterio de una nube prendida sin alfileres 

sobre el azul del cielo o el murmullo 

del río, que habla  en un lenguaje ininteligible,

cuando escucha la voz del viento 

con sus confidencias, sorteando  los árboles 

para no ser descubierto..


¡No cerraré mis manos, para atrapar la lluvia!

¡Abriré mi corazón, para dar cobijo

a la humildad del ave que canta 

cada mañana, anunciando un nuevo día.


Escrito en Noviembre 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz ".


No hay comentarios:

Publicar un comentario