¡Rápido, rápido! Alguien te espera
en cada recodo de una calle solitaria
y la suerte hoy no te acompaña.
Es tiempo de morir o iniciar
una nueva aventura en el ciclo
de todas las esferas luminosas de la vida.
¡Rápido, rápido! Corre sin rumbo
para averiguar el motivo de todas
tus equivocaciones.
Camina sobre el barro y que tus pies
sientan el frío visceral de una mirada
que te sentencia en el desdén.
Nada se revela en una noche de sombras
y la luz cegadora del sol,
oculta cada paso que damos
hacia un insondable abismo
de escasas percepciones.
Nadie sabe hasta que punto, la ignorancia
produce ciegos con cuerpos de ardilla,
que van precipitándose sobre los riscos
de sus abruptas vidas.
Escrito en Noviembre 2018 por Eduardo Luis Díaz."zuhaitz".
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