martes, 13 de noviembre de 2018

Ni dignidad, ni un nombre en tu epitafio 

Por conseguir tu alimento,

te embauco y te miento,

te convierto en jumento

para toda esa carga

que resulta más amarga.


Te pesa, te escalda

te rompe la espalda,

tu dolor es el precio,

de quien siendo necio

ha convertido en regio

para su negocio,

trabajando su ocio

al rico, en servidumbre,

sin sol que le alumbre

su labor, ni un día.

Larga es su agonía,

no sabe pensar,

sólo trabajar.


Escasa virtud

es su esclavitud.


Caro es tu alimento

¡ oh triste jumento!.

Ni siquiera asoma 

rasgos de persona.

Ya nada es verdad, 

pues la han omitido,

Se escucha el silbido,

aúlla la sirena

del trabajo y pena

que nacen contigo.


Nadie fué tu amigo, 

ni viste elegancia

tu cruda ignorancia.

Caminas despacio 

hacia la penumbra,

sin un sol que alumbra,

sin nombre en tu epitafio.


Escrito en Noviembre 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz ".


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