Por conseguir tu alimento,
te embauco y te miento,
te convierto en jumento
para toda esa carga
que resulta más amarga.
Te pesa, te escalda
te rompe la espalda,
tu dolor es el precio,
de quien siendo necio
ha convertido en regio
para su negocio,
trabajando su ocio
al rico, en servidumbre,
sin sol que le alumbre
su labor, ni un día.
Larga es su agonía,
no sabe pensar,
sólo trabajar.
Escasa virtud
es su esclavitud.
Caro es tu alimento
¡ oh triste jumento!.
Ni siquiera asoma
rasgos de persona.
Ya nada es verdad,
pues la han omitido,
Se escucha el silbido,
aúlla la sirena
del trabajo y pena
que nacen contigo.
Nadie fué tu amigo,
ni viste elegancia
tu cruda ignorancia.
Caminas despacio
hacia la penumbra,
sin un sol que alumbra,
sin nombre en tu epitafio.
Escrito en Noviembre 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz ".
No hay comentarios:
Publicar un comentario