sábado, 3 de noviembre de 2018

Toccata y fuga de un estruendo 

Hay un estruendo de voces sin rumbo,

que se amalgaman en los rincones,

donde el silencio muere lentamente 

en una agonía que se descuelga 

desde un pentagrama roto.


El murmullo galopa y crece con la ironía 

de una locura in-crescendo, que niega 

su supervivencia en los campos despoblados

de la voz.


Ya la hierba no crece, y la tierra muestra

su cráneo abierto, carente de fibras 

y tonalidades.

El sonido bulle en pequeñas hormigas 

que pululan dentro de los oídos mancillados

y un molesto ardor se apodera 

de los tímpanos rotos o timbales 

de solitarios temores.


A veces un estruendo rompe la comunicación 

de los ecos pronunciados y anega 

en una profunda soledad a quienes sus oídos 

no consiguen discernir todos los sonidos 

en permanente fuga.


Escrito en Noviembre 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz",


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