Garabateo un corazón y esbozo una sonrisa
que brilla bajo el sol.
Soy feliz, como no está permitido,
por eso creo que debo aprovechar
este momento de dicha, por si se pierden
las ganas de amar o la alegría se deshincha
con las aceradas espinas del infortunio.
Todo es perecedero y se aprende con dolor,
que hasta las lágrimas vertidas llegan
a evaporarse.
Saldrá de nuevo el sol por el Este,
pero nunca tendrá ni las mismas nubes,
ni el mismo horizonte.
Hoy nos amamos y espero
envejecer contigo, antes de que el amor
se nos haga más viejo que nosotros.
Escrito en Junio 2019 por Eduardo Luis Díaz
Expósito.”zuhaitz”.
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