martes, 4 de junio de 2019

Un buen propósito 

Se deshace el barro de los ladrillos.
Todo cuanto construimos, va cayendo
por exceso de peso y falta de consistencia.
Muerdo mis labios con la rabia necesaria,
para mostrar mi desacuerdo, sin lastimar
mi boca.

Genero un aliento sin pulso, átono,
pero profundamente sincero, a juzgar
por la expresión henchida,
del color sanguino de mi rostro
y mis venas gruesas, como cuerdas de laúd,
que espera ser tañido.

Se cuelgan los ánimos de un grueso clavo,
cuya indiferencia, apenas es visible
en la amplia pared de mi diario devenir.

Un esqueje de esperanza, brota en medio
del caos, que se origina.
Tal vez, en su arduo cultivo, se consiga
el equilibrio necesario, para cambiar
la arquitectura de todos los errores
y convertirlos en aciertos, en cuyas aguas
navegamos buscando un ancla,
donde afianzar y cumplir sueños
y realidades.

Escrito en Junio 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.







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