viernes, 7 de junio de 2019

Un león del tamaño de nuestro miedo.

No hay león tan fiero, que no se asuste 

de nuestros miedos.

Se teme aquello que se intuye...

más que lo que vemos.


En esa densidad del ánimo retenido 

en un helado suspiro o en esos ojos,

perdidos en una inmensa oscuridad,

surge nuestro temor, al no controlar 

con nuestros sentidos, lo que pueda suceder,

viviendo en el sobresalto, ante esa sorpresa 

de lo inesperado.


Quien vence el hormigueo que nace

de esa inquietud y mantiene sus nervios 

con una estática impasibidad, 

adelanta un paso, para que su subsconsciente 

actúe en previsión de lo que queda oculto 

a nuestra percepción.


El león llega a no temer y respetar 

nuestra presencia. No nos ataca,

porque al vencer al miedo, derrotamos

a un enemigo común.


Escrito en Junio 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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