jueves, 9 de enero de 2020

A  Cada Experiencia de Vida.

 La nave se pierde entre la densa niebla
y duelen los ojos, al querer rescatar
la última imagen, tratando de retenerla.
Alguien gira en nuestro entorno
y observa nuestra estática figura,
con nuestros músculos crispados
y una lágrima surcando el rosado nácar
de las mejillas.

Volvemos sobre nuestros pasos, como viento
que sin rumbo, se desliza entre los árboles.
Nos pesa el pecho al respirar
todas las angustias, que queremos sacudir
de nuestros pulmones.

Cada nueva experiencia nos deja sabor a sal
y un fuerte dolor de opresión en el pecho.
En cada suspiro se libera una tensión
que se pierde y se abre el pecho
a una nueva esperanza.

Hoy puede ser el día perfecto
que soñábamos ayer, como un proyecto
seguro, fiable y tan grato, que nos iba
a aportar ese giro a favor, que esperamos
toda la vida, para reconstruir un destino
que podemos alcanzar y ahora
tocamos levemente con la yema de los dedos.

Escrito en Enero 2020 por Eduardo Luis Díaz
Expósito."zuhaitz"

No hay comentarios:

Publicar un comentario