acciones decididas, aseguramos
lo que con nuestras palabras prometemos.
El valor de las palabras no está
en la envergadura de las frases,
sino en el cumplimiento de las mismas.
Se construyen las mejores obras,
cuando la palabra da forma,
a través de la acción, a todas las ideas
que queremos realizar, con un porcentaje
equilibrado entre la fe y la determinación.
El cielo es una utopía que soñamos,
intentando soportar la carga de los hechos
y el paso de los años, que como limo
adherido a la piedra, impide que el viento
la rapte con su beso.
Así mismo, nuestros temores se afianzan,
ocupando todas las cavidades desprotegidas
y de la flaqueza de nuestro carácter
se desprende el humo tóxico,
durante la combustión de todas
nuestras incertidumbres.
Escrito en Enero 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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