miércoles, 29 de junio de 2022

El parálisis de la alegría sanamente razonada.

La mano detenida por un despropósito 
y algunas ideas revoloteando en la azotea,
que se sujetan levemente con pinzas.
He tratado inútilmente de escapar 
de lo absurdo, pero  sigue picoteando 
la pequeñas razones, que aún se mantienen 
con la primigenia virginidad intacta.


Los instrumentos del  poder, cercenan 
la libertad de pensamiento  y el libre albedrío 
en todo razonamiento, que ahora forma parte 
de una ficción, que pertenece 
a un remoto pasado.


Las alegrías son breves y escasas,
como la cristalina agua que  anega el alma,
al sentirnos plenos y saciados de dicha.
La alegría es la pólvora de un instante,
que estalla en mil colores y carcajadas.


Efímera y explosiva, rompiendo el hechizo 
del silencio y creando una nueva armonía.
Incómoda comodidad, a la cual 
no nos acomodamos, por la falta de inercia 
para proyectarnos libremente hacia un estado 
de plenitud permanente.


Escrito en Junio 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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