martes, 21 de junio de 2022

Ese terror presentido.

Por ese temor a las olas, o ese perder
algunos cabellos por la vorágine del viento …Nadie se atreve  a caminar sobre las aguas,
con el peso de sus temores, ni nadie consiguió
acallar al viento, cuando cercano, silbaba
en sus oídos.


Siempre se ha mantenido una inquietud
de puertas abiertas, 
ante una oscuridad permanente,
cuando nuestra vela va consumiendo 
su espermática vida de cera derretida.


Y es en ese derramarse inconscientemente,
cuando se pasa el pestillo, cerrando la boca
en un silencio de angustia que se sabe 
y se teme.
Su mordedura se hace notoria, en un golpe 
de sangre continuo, a cada latido,
y se conoce un terror sin forma,
que amedrenta los sentidos, pues su presencia 
es tan palpable, como invisible.

Escrito en Junio 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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