su irracional órbita, ni el desprecio
sobre la vida y la libertad, de quienes
sin respetar, te exigen respeto.
No es mi mundo, estoy desahuciado
de un paraíso, del que fuí desterrado
desde mi tierna infancia.
Sólo veo gestos adustos, bocas apretadas, sin sonrisas y un exceso
de realidades movidas por el interés,
sin importar el peso
que se va acumulando
en las conciencias, cuando cerramos
los ojos ante el dolor ajeno.
No es mi mundo, no soy real.
Soy producto de mi imaginación,
en un mundo que soñé feliz
y desperté en una pesadilla,
donde lo que creé, sólo forma parte
de mis fantasías.
Escrito en Septiembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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